Desde Área estamos inmersos en varios proyectos de innovación, buscando el talento y la excelencia. De estas nuevas dinámicas nace nuestro interés por el Legal Design Thinking, que cambia nuestra forma de ver la abogacía, añadiendo innovación y tecnología al mundo del derecho.
¿Qué es el Legal Design Thinking?
Se trata de un nuevo enfoque, centrado en los intereses del usuario, para facilitar la resolución de sus problemas legales. Es la combinación de la metodologías y mentalidad de los diseñadores con la experiencia del abogado, que además se apoyan en las nuevas tecnologías.
De esta forma se crean nuevos servicios, procesos, y sistemas relacionados con el mundo del derecho, pero siendo más atractivos, comprensibles y útiles para todos. Con este nuevo enfoque se encuentran los errores y las necesidades del cliente de una forma más eficiente y dinámica, y se fomenta la creatividad y el progreso.
Marcar la diferencia
Con esta metodología se viaja hacia la simplificación del lenguaje, para maximizar la comprensión al usuario, fomentando la adaptabilidad de los abogados a las necesidades de los múltiples perfiles que piden asesoramiento o ayuda legal.
Para marcar la diferencia hay tres puntos claves a tener en cuenta:
La colaboración, es decir, la unión de equipos multidisciplinares, compuesto por abogados, diseñadores, desarrolladores, asesores, etc, que buscan soluciones particulares y enfocadas a las necesidades del cliente.
La innovación, para crecer, mejorar y ser siempre disruptivos y únicos, generando soluciones personalizadas para cada individuo.
Aprovechar las oportunidades formando parte y siendo partícipes del cambio del sector
Las etapas
El Legal Design Thinking bebe de los procesos básicos de diseño, y se divide en 5 fases principales, que establecen el orden de ejecución de cualquier proyecto:
Empatizar, hay que comprender cuáles son las necesidades de los clientes y del proceso, para detectar cual es la solución óptima.
Definir, se trata de determinar la información útil y aporta valor para llegar a diseñar una solución innovadora.
Idear, esta fase es la más creativa, donde se desarrollan las ideas más innovadoras, y para ello es esencial emplear metodologías como el brainstorming.
Prototipar, se trata de dar forma a la idea o concepto obtenido tras el desarrollo de las fases anteriores.
Testear o probar, que consiste en poner a prueba el prototipo.
Los juristas son piezas clave de la sociedad, que pueden mejorar y avanzar empleando nuevas metodología y tecnologías que ayuden al mejor funcionamiento y comprensión del sistema legal. Innovar y mejorar es obligado para las empresas que quieren formar parte del futuro.